Las cometas se transportan enrolladas al campo de vuelo donde una vez desplegadas se les da el toque final, anudando las juntas firmemente y añadiendo cañas extra para incrementar la rigidez de la estructura principal. Posteriormente se añade el papel, se atan las bridas y la cuerda principal.
Las cometas de Sagami miden alrededor de 15 metros de lado y tienen colas de 85 metros de largo, llegando a pesar entre 900 y 1000 kilos. Se necesitan unos 200 metros de cabos con una cuerda principal de 4 centímetros de diámetro. Cuando el viento es el apropiado la cometa requiere entre 80 y 100 personas para ser remontada.
Los vientos locales permiten que estas cometas se mantengan elevadas durante varias horas. En el año 2001 una de estas cometas se mantuvo remontada en el cielo más de 6 horas.
Cuando la cometa cae a tierra generalmente queda destruida. Debido a que cada cometa tiene un nombre propio debe hacerse un funeral para la misma. Para ello los constructores de la cometa reúnen los pedazos y los queman, permitiendo así que el espíritu de la cometa pueda reunirse con el viento y volar por los cielos permanentemente.