INTRODUCCIÓN

Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.

Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.

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ARTÍCULO ALEATORIO

Antiguas cometas de la ciudad de Madrid

A mediados del siglo XX se volaban en la ciudad de Madrid (España) distintos tipos de cometas hechas con papel o tela y con forma hexagonal o de diamante. Sin embargo, el escritor Fernando de la Torre describe en su libro “El arte de la cometa” (Editorial Doncel, 1963) dos tipos de cometas muy particulares que se volaban en aquella época: la cometa con forma de estrella de ocho puntas con remate triangular y la cometa globo o cometa octogonal con remate inferior en espátula.

Cometa con forma de estrella de ocho puntas con remate triangular (Dibujo: Juan Antonio Muñoz)
Cometa con forma de estrella de ocho puntas con remate triangular
(Dibujo: Juan Antonio Muñoz)


Mostrando la cometa en estrella de ocho puntas con remate triangular
(Foto: Calderón)

Cometa globo (Dibujo: Juan Antonio Muñoz)
Cometa globo
(Dibujo: Juan Antonio Muñoz)


Volando la cometa globo
(Foto: Calderón)

La cubierta o “voladura” de ambas cometas se hacían con tela ligera (peso inferior a 100 g/m2) y el armazón o “cuadreo” con varillas de carrizo de color amarillo dorado con un grosor aproximado al de un lápiz:

Voladura de tela y varillas de carrizo
(Foto: Calderón)

Primero se hacía el patrón de la cometa en papel que servía para cortar la tela con la forma deseada. Para reforzar el borde de la tela se cosía una cinta de tela o se hacía un dobladillo de aproximadamente un centímetro.

Para fijar las cañas en los ángulos de la tela se colocaban unos corchetes o se cosían unos pequeños triángulos de tela a modo de bolsillos para introducir los extremos de las cañas:


Unión de las cañas a la tela mediante corchetes
(Foto: Calderón)

Las cañas se unían entre sí con cinta o hilo de torzal:


Unión de las cañas con hilo de torzal
(Foto: Calderón)

Lo más peculiar de ambas cometas era su brida, formada por 9 hilos o “tirantes” de torzal de algodón que se dividían en “trapecios” y “frenillos”, unidos a 17 puntos de la superficie de la voladura:


Brida de la cometa en estrella de 8 puntas
(Foto: Calderón)

Brida de 9 hilos de la cometa en estrella de 8 puntas. Dibujo: Juan Antonio Muñoz

Brida de 9 hilos de la cometa globo. Dibujo: Juan Antonio Muñoz
Brida de 9 hilos o tirantes de ambas cometas:
(1) Cuerda de retención; (2) Punto de tracción; (3) Frenillo; (4) Trapecio; (5) Varillas de caña; (6) Voladura de tela
(Dibujos: Juan Antonio Muñoz)

Sin duda, tal cantidad de tirantes, frenillos y trapecios proporcionaban una gran robustez a la estructura y una buena estabilidad de la cometa en vuelo.

Los agujeros en la tela para pasar los tirantes podían tener ojales metálicos, ojales cosidos con aguja o ser simple agujeros:


Tipos de agujeros para pasar los tirantes
(Foto: Juan Antonio Muñoz)

Los tirantes se anudaban formando el punto de tracción donde se sujetaba la cuerda de retención, generalmente hecha con fibra natural de cáñamo (hilo de guarnicionero):


Uniendo los tirantes para formar el punto de tracción
(Foto: Calderón)

La cuerda de retención se podía enrollar sobre un palo formando un ovillo o sobre carretes de madera de diferentes diseños:


Volando la cometa globo con carretes de madera
(Foto: Calderón)

Para decorar la cometa, primero se preparaba la tela con una disolución de cola de pescado que se extendía con una brocha. La cola de pescado ayudaba a fijar los colores, impidiendo que se extendiesen por la tela al aplicarlos. Las pinturas se preparaban a base de anilinas de diferentes colores, goma arábiga, alcohol y agua. Los colores se aplicaban con brocha o pincel antes de colocar la brida:




Pintando sobre tela

La cola de la cometa se hacía anudando sobre una cinta o cuerda trozos de trapo a una distancia de entre 3 a 5 cm de separación. Los lazos de trapo se recortaban de manera que se fuesen estrechando hasta acabar en punta:

Colas de las dos cometas en vuelo (Dibujo: Juan Antonio Muñoz)
Colas de las dos cometas en vuelo
(Dibujo: Juan Antonio Muñoz)

La cola actúa siempre como equilibrador y estabilizador de la cometa en vuelo. Para ajustar su longitud, los voladores de cometas solían unir varios trozos de cola hasta alcanzar el largo adecuado.

En aquello años, los grandes aficionados a las cometas solían entablar “luchas de cometas”, buscando cortar la cuerda del contrario con rápidas pasadas de las cometas. Para ello empleaban como armas cortantes cuchillas de acero en forma de media luna, hojas de afeitar o trozos de vidrio unidos a la cola de la cometa.


Cometa en estrella de ocho puntas en vuelo
(Foto: Calderón)


Cometa globo en vuelo
Se aprecia el dibujo de una cabeza de toro en la cubierta
(Foto: Calderón)

Estas cometas se volaban en las afueras de Madrid en los años 50 y 60. Quise averiguar dónde se habían realizado estas fotos. Una de ellas me proporcionó una pista. En la siguiente foto se ve a un hombre sujetando la cometa en estrella de ocho puntas y un edifico a su izquierda:


(Foto: Calderón)

Investigando encontré una foto de este mismo edificio hecha varias décadas antes en el barrio de Chamberí:


Vista del cuartel de la Guardia Civil de Guzmán el Bueno, en el año 1936
(Fuente: Archivo General de la Administración)

En el lugar en el que se habían volado aquellas cometas a mediados del siglo XX, se construyó más tarde el llamado “Parque de las Naciones”, una pequeña zona verde privada con numerosos edificios de viviendas y oficinas:


Parque de las Naciones de Madrid
(Fuente: Google Earth)

Los antiguos cuarteles se reconstruyeron después de la guerra y se han convertido en la Dirección General de la Guardia Civil que todavía existe actualmente:


Dirección General de La Guardia Civil
Calle de Guzmán el Bueno 108
(Fuente: Google Maps, 2021)