Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.
Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.
En la columna principal del blog podrás leer artículos de divulgación relacionados con las cometas. En la barra lateral derecha puedes acceder a páginas más personales clasificadas por temas y también a diferentes tipos de recursos.
Esta cometa pájaro que he construido está inspirada en los pájaros voladores utilizados en la representación escénica del musical El Rey León, en la que mi nieto Enzo interpreta al pequeño Simba. A él le dedico esta cometa.
Estos pájaros voladores se caracterizan porque penden de un hilo sujeto a una vara de bambú, que los artistas del musical manejan con movimientos circulares. De este modo, se simula el vuelo de los pájaros, llenando de color el escenario del espectáculo.
He reproducido lo más fielmente posible esta cometa, utilizando los mismos materiales que en el musical: varillas de fibra de vidrio y bambú, tela fina de poliéster y cartulina.
Esta es mi versión de este tipo de cometa que mide 72 cm de largo y 101 cm de envergadura:
Cometa pájaro (vista anterior)
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Cometa pájaro (vista posterior)
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Las medidas de las distintas secciones de la cometa que he construido se indican en el siguiente plano en centímetros. El punto de anclaje del hilo de la caña se encuentra situado en los ojos:
Plano de la cometa pájaro a escala
A: 72 cm; BC: 101 cm; 1: cuerpo de cartulina; 2: varilla de fibra de vidrio; 3: varilla de bambú; 4: ala de tela; 5: cola de tela
(Dibujo: Juan Antonio Muñoz)
Primero construí el larguero del ala de la cometa con dos varillas de bambú de 5 mm de diámetro que uní mediante un pequeño tubo de bambú y cola blanca. Después curvé el larguero utilizando calor para darle la forma de un ala:
Detalle de las dos varillas de bambú con el tubo de unión
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Marqué con tiza de tela el contorno del ala en la tela de poliéster utilizando la plantilla de papel que previamente había recortado. Dejé un margen en la parte superior donde pegué el larguero de bambú con cola para tela. Después recorté todo el perímetro de la tela y apliqué un pegamento líquido especial al borde de la tela para evitar el deshilachado:
Construcción del ala de la cometa pájaro
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Recorté una cartulina blanca con la forma del cuerpo del pájaro y pegué en ella dos varillas de fibra de vidrio de 2,5 mm de diámetro, según se indica en el plano:
Cuerpo de cartulina con las dos varillas de fibra de vidrio pegadas y ala de la cometa pájaro terminada
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Pinté la cartulina con pintura acrílica roja por ambas caras, excepto en el borde superior interno para facilitar el pegado posterior. La pintura acrílica proporciona una mayor firmeza a la cartulina. Pegué con adhesivo la tela de poliéster a las varillas de fibra de vidrio para formar la cola. Apliqué un pegamento líquido especial al borde inferior de la tela para evitar el deshilachado. Todas las uniones de la tela las oculté con una cinta adhesiva decorativa, como hice en el ala:
Cuerpo y cola de la cometa pájaro
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Reforcé la estructura de los ojos con dos piezas circulares pegadas en ambos ojos. Cada refuerzo estaba compuesto por dos círculos de cartulina con una pequeña arandela metálica intercalada entre ellos. El propósito de estos refuerzos era evitar que la cartulina de los ojos se rasgara debido a la tensión del hilo de la caña durante la manipulación de la cometa:
Detalle de la cabeza con un refuerzo pegado en uno de los ojos
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
A continuación, pegué el ala al cuerpo de la cometa mediante cola blanca para madera muy resistente. La zona de unión era muy estrecha, justo donde se encontraba el larguero de bambú con cada una de las varillas de fibra de vidrio:
Unión del ala al cuerpo de la cometa pájaro
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Una vez que la cola para madera se había endurecido, doblé la cartulina hasta hacer coincidir las dos partes de la cabeza para pegarlas con cola blanca:
Detalle de la cabeza de la cometa pájaro una vez pegadas sus dos partes
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Di forma al cuerpo de la cometa doblando parcialmente la cartulina:
Cuerpo de la cometa pájaro con la cartulina curvada
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
Pegué el borde inferior del ala a ambos lados del cuerpo con pequeños trozos de cinta adhesiva de doble cara:
Los extremos inferiores del ala están pegados al cuerpo de la cometa con cinta adhesiva de doble cara
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
La cometa pájaro estaba terminada. No había utilizado costuras ni ataduras. Solo había partes pegadas y además la zona de unión del ala con el cuerpo era muy pequeña. Aparentemente la cometa parecía muy frágil. ¿Soportaría la cometa las maniobras de vuelo sin romperse?
Puede conseguir la caña de bambú que necesitaba. En su extremo superior uní otra vara de bambú más corta y estrecha donde coloqué una anilla puntal de pesca para atar el hilo. En total, la caña de bambú medía 2,62 metros y el hilo que se unía a la cometa 66 cm:
Extremo de la caña con una anilla puntal para sujetar el hilo
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
El hilo que salía del puntal de la caña estaba unido de tal forma que podía girar libremente dentro de la anilla del puntal para facilitar los movimientos de giro de la cometa.
Mostrando la cometa pájaro sujeta a la caña de bambú mediante un hilo
(Foto: Ana Romero)
Este tipo de cometas están diseñadas para volar en
interiores, donde los artistas se desplazan con elegancia por el escenario,
moviendo las cañas con destreza para que las cometas parezcan pájaros en pleno
vuelo. Sin embargo, yo solo podía volarla al aire libre y permanecer quieto
para no perder la compostura 😊 . Así que, con un viento moderado, comencé a
girar la caña a mi alrededor. La cometa flotaba, respondiendo al tirón de la
cuerda y resistiendo mis maniobras con sorprendente firmeza, sin romperse: