INTRODUCCIÓN

Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.

Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.

En la columna principal del blog podrás leer artículos de divulgación relacionados con las cometas. En la barra lateral derecha puedes acceder a páginas más personales clasificadas por temas y también a diferentes tipos de recursos.


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ARTÍCULO ALEATORIO

Hombres volando atados a cometas

Hay varios casos en la historia en que una cometa transporta a una persona sujeta a ella, a diferencia de otros casos en que la cometa levanta a personas en el aire, debajo de la cometa a cierta distancia.

Un caso moderno es el que vemos en este vídeo grabado directamente de una televisión en el museo de la cometa de Shirone en Niigata (Japón):



En el pasado, Marco Polo describe alrededor de 1282 el caso de los borrachos voladores, donde supuestamente presenció el vuelo de una cometa tripulada. 

Persona atada a una cometa
(Imagen de dominio público)

En el diario de viaje de Marco Polo, conocido también como “El libro de las maravillas”, se cuenta la tradición que existía en la ciudad de Weifang para comprobar el viento con una cometa y determinar si el viaje en barco sería bueno o no. Esto se hacía atando a una persona a una gran cometa sujeta a un barco. Si la cometa y su pasajero volaban altos y derechos, era una señal de que el viaje sería bueno.

Marco Polo de Venecia, Las maravillas del mundo
(Imagen de dominio público)

Este hecho se puede leer en el manuscrito Z de “Los viajes de Marco Polo”, una versión latina de cerca de 1470 que se conserva en la Biblioteca Capitular de Toledo:

“Y así les diremos cómo cuando un barco debe hacer un viaje, demuestra si su negocio irá bien o mal. Los hombres del barco tendrán una rejilla de madera de sauce y en cada esquina y costado de este armazón se amarrará un cordón y todos estarán atados al final de una cuerda larga. Luego encontrarán a algún tonto o borracho y lo atarán al cuadro (cometa), ya que nadie en su sano juicio o con su ingenio sobre él se expondría a ese peligro. Y esto se hace cuando prevalece un viento fuerte. Luego, el armazón que se coloca frente al viento, el viento lo levanta y lo lleva al cielo, mientras los hombres se agarran por la cuerda larga. Y, si mientras esto está en el aire, el cuadro (cometa) se inclina hacia el camino del viento, tiran un poco de la cuerda hacia ellos para que vuelva a estar erguida, después de lo cual sueltan más cuerda y se eleva más alto. Y si de nuevo se inclina, una vez más tiran de la cuerda hasta que el marco (cometa) está erguido y trepando, y luego vuelven a ceder la cuerda, de modo que de esta manera se elevaría tan alto que no podría verse, si sólo la cuerda fuera lo suficientemente larga. El augurio lo interpretan así: si el marco (cometa) que va recto hacia arriba va al cielo, dicen que el barco para el que se ha hecho la prueba tendrá un viaje rápido y próspero..... Pero si el marco (cometa) no ha podido subir, ningún comerciante estará dispuesto a entrar en el barco”.

Otro ejemplo de una cometa portadora de hombres se cuenta en la leyenda japonesa del samurai Minamoto-no-Tametomo. Este guerrero del siglo XII fue exiliado con su hijo a la isla de Hachijo. Para impedir que su hijo pasara el resto de su vida allí, construyó una gran cometa que le llevó a tierra firme:

Grabado japonés que muestra al hijo de Minamoto
transportado por una gran cometa.
(Imagen de dominio público)