Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.
Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.
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Dashain es un festival religioso nacional de Nepal que dura 15 días, entre finales de septiembre y principios de octubre. Es el festival más grande de este país y simboliza la victoria del bien sobre el mal.
Una de las celebraciones que los nepalíes suelen hacer durante el festival de Dashain es volar cometas. Según la tradición no lo hacen solamente como una diversión, sino también como un deseo de traer buena suerte a la familia y para agradecer al dios Indra las abundantes lluvias durante el monzón y recordarle que no envíe más lluvia pues sus cultivos ya están completamente desarrollados y no necesitan más agua.
Las cometas nepalíes generalmente están hechas de papel “lokta” hecho a mano. Para controlar la cometa cuando está volando, se utiliza un carrete llamado "Lattai" donde se enrollan decenas de metros de hilo para conseguir que la cometa vuele lo más alto posible. A menudo la cuerda del carrete está equipada con manja casero, que es una mezcla de vidrio pegado al hilo con una goma espesa. El manja hace de abrasivo para cortar las cuerdas de otras cometas.
Durante el festival son frecuentes los combates o competencias de cometas. Los competidores deben cortar la línea de las cometas de sus oponentes con su propia cuerda, controlando el movimiento de la cometa. Para conseguirlo deben poner en contacto la línea propia con la del rival e inmediatamente liberar la línea rápidamente, consiguiendo cortar por abrasión la cuerda de su competidor. Estas competencias suelen realizarse desde los techos y terrazas de las casas en las que participan niños y personas de todas las edades. Cuando se corta una la línea, la gente grita "Changga chet".
Solo hasta hace una década, los cielos del valle de Katmandú solían estar salpicados de cometas de múltiples colores durante esta época del año. Pero parece ser que esta tradición ha disminuido en los últimos años, debido a la rápida modernización, a la disminución de los espacios abiertos en las ciudades y al acceso generalizado a Internet que mantiene ocupados a niños y adultos con sus móviles y tabletas.