Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.
Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.
En la columna principal del blog podrás leer artículos de divulgación relacionados con las cometas. En la barra lateral derecha puedes acceder a páginas más personales clasificadas por temas y también a diferentes tipos de recursos.
Hace tiempo descubrí algo emocionante sobre el vuelo de las cometas de una sola línea, y es que podía controlar su vuelo, dirigiéndolas hacia donde yo quería, realizando giros y maniobras que no eran simplemente el resultado del capricho del viento, sino que estaban basados tanto en el diseño de la cometa como en la técnica que yo utilizaba.
Volando una cometa planeadora
(Vídeo: Juan Antonio Muñoz)
Volar una cometa de una sola línea siempre me ha parecido un ejercicio que mezcla control y rebeldía. No es solo cuestión de tirar de la línea de vuelo, sino de entender cómo se comporta el viento y transmitir a la cometa lo que quiero que haga. Cada cometa es diferente, y las técnicas para manejarlas varían mucho. Desde las cometas más tradicionales hasta las cometas de viento cero más especiales, se necesitan movimientos precisos de las manos y una buena intuición para leer el viento.
Volando una cometa activa
(Vídeo: Ana Romero, Juan Antonio Muñoz)
Cuando le enseñé a mi nieto a maniobrar una cometa, lo primero que le dije fue que tirase el carrete al suelo y que cogiese la línea con las dos manos, para sentir bien los movimientos de la cometa. Esto implica que, en algunas ocasiones, la línea puede producir pequeñas quemaduras en los dedos al moverse rápidamente entre ellos, por lo que es aconsejable proteger los dedos que controlarán la línea con tiras de esparadrapo, mejor que con guantes, pues estos quitan mucha sensibilidad.
Protección del dedo con esparadrapo
(Foto: Juan Antonio Muñoz)
También he aprendido que tanto para realizar vueltas lentas como giros rápidos en cualquier dirección es fundamental no utilizar una cola unida a la cometa. La cola estabiliza mucho el vuelo de una cometa y se necesita que la cometa sea algo más inestable, más libre, aunque sea más complicado su control. ¡De eso se trata!
Estas son algunas técnicas que he ido aprendiendo con el tiempo:
1. Aprender a leer el viento (ver El viento y las cometas, en este mismo blog) y elegir la
cometa adecuada para las condiciones del viento existente. Si no se puede
elegir, habrá que esperar a que la velocidad del viento sea la adecuada para la
cometa que se quiere volar.
2. Ajustar la brida: los cabos de la brida que conectan la cometa con la línea de vuelo, se deben ajustar para cambiar el ángulo de ataque (ángulo de la cometa en relación con el viento). Esto, a su vez, afecta la velocidad de los giros. Un ángulo de ataque más pronunciado puede inducir giros más rápidos, mientras que un ángulo de ataque más pequeño puede hacerlos más lentos. Para hacer un ajuste inicial de la brida, se deja la cometa colgando hacia abajo, sujetando la brida con la mano. Se manipulan los cabos hasta que la cometa forme un ángulo estático (δ) con el suelo entre 10 y 25 grados. Cuanto mayor sea este ángulo, menor será el ángulo de ataque y viceversa. Para vientos suaves se necesita un ángulo de ataque mayor y menor para vientos más fuertes.
Cuanto mayor sea el ángulo estático (δ) de la cometa colgada, menor será el ángulo de ataque (α), y viceversa
(Dibujo: Juan Antonio Muñoz)
El ángulo estático al colgar la cometa proporciona una buena referencia inicial, pero el ángulo de ataque real en vuelo será generalmente menor y dependerá de múltiples factores dinámicos. La práctica y la observación del comportamiento de la cometa en vuelo son cruciales para un ajuste fino.
3. Aprender a entender la ventana de viento. Básicamente, la ventana de viento es como un arco virtual de 180 grados en el cielo donde la cometa puede volar. Aunque no la vemos, es importante imaginar esta cúpula invisible para anticipar cómo se moverá la cometa. Hay que dirigir la cometa en diferentes ángulos respecto al viento. Si la cometa está volando en la zona de mayor viento (directamente frente a mí, en el centro del cielo), será más rápida y sensible a los movimientos. Si la llevo hacia los extremos de la ventana de viento (los lados del cielo), se volverá más lenta y estable. Al volar la cometa cerca de los bordes del viento, puedo hacer que realice giros cerrados. Para ello, aflojo ligeramente la línea mientras la cometa se desplaza hacia un lado, y luego tiro de la línea para que gire y vuelva al centro.
Ventana del viento
(Imagen: Juan Antonio Muñoz)
4. Manejar bien la tensión de la línea: la clave para hacer que la cometa gire es modificar la tensión de la línea. Tiro suavemente de la línea para darle más tensión, lo que hace que la cometa suba o acelere. Por el contrario, si suelto un poco la línea, la cometa perderá velocidad y bajará. Para realizar giros o maniobras, hay que alternar entre soltar y tirar de la línea de forma rítmica. Por ejemplo, con mi cometa india de combate, puedo conseguir que vaya hacia arriba y hacia abajo, girar de un lado a otro y llevarla con un dedo a cualquier dirección que quiera, controlando la tensión de la línea. Al darle tensión vuela siguiendo la dirección de su vértice superior. Combinando estos movimientos tirar/aflojar/tirar es posible dirigirla hacia donde desee:
Volando mi cometa india de combate
(Vídeo: Ana Romero, Juan Antonio Muñoz)
5. Movimientos coordinados de las manos y el cuerpo: muevo mis manos y brazos para hacer pequeños ajustes en la tensión de la línea. Si necesito movimientos más grandes, también puedo mover el cuerpo hacia atrás o hacia los lados:
Movimientos de las manos y el cuerpo para maniobrar una cometa
(Vídeo: Ana Romero, Juan Antonio Muñoz)
6. Realizar giros: Cuando quiero que la cometa gire a la derecha o izquierda, aflojo un poco la línea mientras la cometa se inclina en la dirección deseada. Esto hará que pierda un poco de altura, pero al mismo tiempo la llevará hacia el lado que yo quiero. Una vez que comience a girar, tiro nuevamente de la línea para estabilizarla. Mientras la cometa gira, si veo que pierde demasiada altura, tiro de la línea para elevarla antes de completar el giro, así evito que se acerque demasiado al suelo.
Maniobras con la cometa Prism Zero-G
(Vídeo: Ana Romero, Juan Antonio Muñoz)
7. Técnica del "zigzag": Para hacer maniobras rápidas y divertidas, como un "zigzag", dejo que la cometa se incline hacia un lado, y justo antes de que gire completamente, tiro de la línea para que cambie de dirección y se incline hacia el otro lado. Esto hace que la cometa vaya de un lado a otro rápidamente.
Vuelo en zigzag con una cometa Switch
(Vídeo: Ana Romero, Juan Antonio Muñoz)
8. Una de las técnicas que utilizo con mis cometas es la de pérdida de sustentación. Consiste en hacer que la cometa se detenga o se mantenga suspendida en el aire, lo cual es muy útil para cambiar de dirección o hacer alguna maniobra. Al reducir la fuerza del viento sobre la cometa, logro que flote por un instante. Esto me da tiempo para pensar bien en el próximo movimiento que quiero hacer:
Giros con la cometa Wala de Aerobe
(Vídeo: Ana Romero, Juan Antonio Muñoz)
9. Las ráfagas de viento pueden ser tanto un reto como una ventaja. Cuando aparecen de repente, en lugar de luchar contra ellas, aprendí a usarlas a mi favor. Las aprovecho para ganar altura más rápido aflojando la línea o hacer maniobras que requieren un poco más de sustentación. Se pueden convertir en una herramienta para mejorar el vuelo.
Vuelo con ráfagas de viento de la cometa Prism Stowaway Diamond
(Vídeo: Juan Antonio Muñoz)
Con algo de práctica y habilidad se pueden realizar maniobras como espirales, giros amplios y "zigzags" de manera fluida. El secreto está en la coordinación entre la tensión de la línea y el viento. Después de varios vuelos, todo se hace muy intuitivo y la diversión está asegurada.
Jean Daniel Colladon (Ginebra, 1802-1893) fue un importante físico, ingeniero y profesor suizo. Entre sus logros como científico hay que destacar el Gran Premio de la Academia de ciencias en París por su investigación de la velocidad del sonido en el agua, fue profesor de mecánica en la Academia de Ginebra, organizó el alumbrado de gas en Ginebra y utilizó aire comprimido para cavar túneles. Fue el primero en experimentar con la reflexión total de la luz dentro del agua, fenómeno que acabaría dando paso a la fibra óptica.
Jean Daniel Colladon
(Fuente: “Souvenirs et Mémoires”, autobiografía de J.-D Colladon, Ginebra 1893)
También utilizó las cometas con fines científicos y recreativos, y describió sus experiencias en el número 757 de la revista "La Nature" de 1887, a las que me referiré en este artículo.
Así, por ejemplo, en el otoño de 1826, Colladón quiso estudiar la electricidad atmosférica. Para ello, realizó experimentos desde una casa de un familiar que vivía en Cologny. Conectó su galvanómetro a las cuerdas de varias cometas que volaron a gran altura. Observó que las fuertes lluvias, acompañadas o no de rayos, producían corrientes de electricidad, desde la atmósfera hasta una bola metálica situada en el suelo.
En este vídeo se puede leer y escuchar varios extractos de esta experiencia contada por Colladon en la revista La Nature:
Recreación de la
experiencia de Colladon midiendo la electricidad del aire usando cometas (Fuente: La Nature, nº 757, 1887) (Vídeo: Juan Antonio Muñoz con herramientas IA) (Voz por Fonos de Monoceros Labs)
En 1844, Colladon observó como su vecino y cuñado, el señor Périer-Ador, inventó un sistema sencillo y eficaz (mensajero) para lanzar cestas de flores o frutas desde una cometa. Este ingenioso mecanismo utilizaba el viento para elevar una cesta, liberarla en el aire y luego permitir que el mensajero descendiera suavemente al suelo. En este vídeo se puede leer y escuchar la descripción que Colladon hace de este aparato:
Esta experiencia le sugirió a Colladon una más atrevida: se propuso hacer subir por la cuerda de una cometa a un hombre de tamaño natural con la ayuda de un maniquí llevado sobre una silla y levantado por un paraguas, que tendría la apariencia de resguardarse del sol. Así lo cuenta Colladon:
Colladon finaliza su relato con este comentario: “Una diligencia que pasaba se detuvo incluso algunos momentos y buen número de los curiosos tomaron el maniquí por un hombre verdadero”.
Personas en una diligencia observan el experimento del maniquí y la cometa, realizado por Colladon en Cologny (1844)
(Fuente: La Nature, nº 757, 1887)
En otra ocasión, Colladon y su cuñado decidieron cruzar el lago Lemán utilizando una cometa. Para ello, fabricaron un dispositivo de tamaño mediano cuya cuerda está conectada a un flotador de madera que se arrastra sobre las aguas del lago mediante una cometa. Así lo cuenta Colladon:
Flotador de madera
arrastrado por una cometa (Fuente: La Nature, nº 757, 1887) (Vídeo: Juan Antonio Muñoz) (Voz por Fonos de Monoceros Labs)
La tabla flotante
con cometa se dirigió desde Cologny en dirección a Versoix o Coppet (Fuente: Google Maps)
A raíz de esta experiencia, Colladon propuso en 1850 una
máquina de vela cuya finalidad es navegar sobre el agua a muy alta velocidad
utilizando una vela libre diseñada según el principio de la cometa. La llamó “dinamóptero”
(Dynamoptère).
Aunque este aparato no se llevó a la práctica, a mi me recuerda al kitesurf.
Actualmente, Jean-Daniel Colladon tiene un busto erigido frente
a la Biblioteca Pública de la Universidad de Ginebra: