Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.
Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.
En la columna principal del blog podrás leer artículos de divulgación relacionados con las cometas. En la barra lateral derecha puedes acceder a páginas más personales clasificadas por temas y también a diferentes tipos de recursos.
La utilización de cometas para arrastrar algún tipo de
vehículo se remonta a épocas muy antiguas. Los nativos de las Islas de Samoa ya
arrastraban sus canoas con ayuda de cometas y no hace muchos años se utilizaron
como sistema de salvamento marítimo, o en algunos desarrollos de la NASA para
la recuperación de sus cápsulas espaciales.
Actualmente el auge de las actividades deportivas que
emplean este tipo de dispositivos ha relanzado el uso de las cometas de
tracción, como las nasas, las deltas de tracción y las foil.
El explorador español Ramón Larramendi es el promotor del proyecto Trineo de Viento cuyo
objetivo es la investigación científica en los territorios polares del Ártico y
la Antártida, utilizando un vehículo eólico tirado por una cometa para realizar
el recorrido.
El Trineo de Viento es un vehículo arrastrado por una
cometa, capaz de deslizarse por el hielo, transportar técnicos, investigadores,
un laboratorio y materiales de
prospección.
Las cometas que
utiliza el Trineo de Viento son cometas NASA NPW5 que miden entre cinco y 80
metros cuadrados. Se enlazan al trineo por cuatro tipos de líneas de 150, 300 y
500 metros de longitud, dependiendo de la fuerza y dirección del viento en altura.
Todas llevan refuerzos de kevlar para evitar roturas.
El Trineo puede moverse con vientos que van desde los 6 a
los 60 kilómetros por hora. Además, las cometas son capaces de aprovechar
vientos que no van en la misma dirección del Trineo, lo que se consigue
subiendo y bajando las cometas con diferentes líneas en función de las
corrientes, como hacen los globos aerostáticos.
La cometa lleva únicamente dos líneas de dyneema que enlazan en una polea. El piloto
debe ir tirando de ellas hacia ambos lados, moviendo la cometa para que no se
caiga.
El despegue de la cometa es el momento más complicado, pero
una vez en marcha consigue una velocidad estándar de unos 15 km/h, pudiendo navegar sin problemas hasta los 50
km/h.
Con este trineo, el equipo de Larramendi logró dar la vuelta
a Groenlandia en 49 días durante la primavera de 2014, tomando muestras para
varios proyectos científicos.