INTRODUCCIÓN

Cuando era un niño mi padre me construyó una cometa con una tela roja, unas varillas de caña y una larga cola con lazos atados. Para volarla la sujetaba con una cuerda de bramante que enrollaba en un palo de madera. Así nació en mí la afición por las cometas, que ahora de mayor comparto con Ana, Carlos, Sergio, Enzo y Saúl.

Espero que algunas cosas que veáis en este blog os animen a practicar y compartir esta afición tan agradable y entretenida. Las cometas no son simples juguetes, sino que representan un medio a través del cual se expresa la cultura y el arte de numerosos pueblos del mundo.

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ARTÍCULO ALEATORIO

¿Dónde mueren las cometas?

Algunas cometas van a morir en los cables eléctricos, en los postes del alumbrado público o arrastradas por los vientos del atardecer. Otras mueren en el mar o en un valle en la montaña, pero la mayoría son devoradas por los árboles, grandes depredadores de cometas:


Cometa atrapada en un árbol (Foto: Juan Antonio Muñoz)
Cometa atrapada en un árbol
(Foto: Juan A. Muñoz)

En algunas ocasiones se pueden recuperar, pero hay que tener mucho cuidado cuando se quiere rescatar una cometa de las ramas de un árbol. Yo mismo he visto un incidente de este tipo que podía haber terminado en desgracia. Una tarde un padre trepaba por el tronco de un árbol para recuperar una cometa que su hijo pequeño había enredado entre sus ramas. Cuando ya se disponía a alcanzarla, la rama se rompió y el hombre cayó desde unos dos metros. Afortunadamente resultó ileso, pero pudo terminar mal.

No es el caso de este otro hombre que recuperó una cometa enganchada en un poste de alumbrado con más estilo:


¡Pero tampoco hay que pasarse!, como hizo esta otra persona:


Las cometas perdidas y maltrechas se pueden restaurar. En una ocasión rescaté una cometa infantil que permanecía sumergida en una acequia cerca de la playa. Había perdido las varillas y solo quedaba la vela de nailon que se encontraba en muy mal estado, con su dibujo bastante descolorido. La lavé, cerré las pequeñas heridas que tenía, coloqué unas varillas de madera y decoré su tela con pintura acrílica. La cometa volvió a ondular su cola al viento:

Reciclaje de una cometa de diamante (Foto: Juan Antonio Muñoz)
Reciclaje de una cometa de diamante
(Foto: Juan A. Muñoz)

Las señales de cometas que han muerto, con su esqueleto colgando y sus colores desvanecidos, son una prueba de que por allí hay niños y niñas que aún vuelan cometas:

Cometa atrapada en un árbol
(Foto: Luis Muñoz)