Jacques de Romas (1713-1776) vivió en Nérac (Francia) donde fue magistrado. También fue un físico autodidacta, que se hizo especialmente famoso por sus estudios y experimentos sobre la electricidad atmosférica, demostrando la naturaleza eléctrica del rayo utilizando cometas, al igual que hizo Benjamin Franklin.
Retrato de Jacques de Romas de Antoine Colbet con su cometa, siglo XIX - Ayuntamiento de Agen, Salón de los Ilustres
(Fuente: Pôle Mémoire et Archives d'Agen)
Estaba convencido de que la carga eléctrica aumentaba con la
altitud, así que diseñó una cometa armada con una punta metálica capaz de
atraer rayos (cometa eléctrica). El primer experimento público se
realizó el 7 de junio de 1753 cerca de Nérac. Este es el relato de Maisani (Fuente:
Les cerfs-volants électriques de Benjamin Franklin et Jacques de Romas, revista Arcen ciel, bulletin de l'association des anciens de la météorologie, numérospécial 3, pág. 13):
"Acompañado por una gran multitud, Romas se dirigió
a un barrio de Nérac, en la carretera de Mézin que domina el valle del Baïse, y
esperó a que el viento fuera lo suficientemente fuerte para lanzar la cometa;
pronto alcanzó una altura de unos 200 m. Romas tuvo la precaución de no sujetar
el extremo conductor de la cuerda con la mano, sino que la fijó en su sitio,
aislándola cuidadosamente con una cuerda de hilo de seda seca, y para
mantenerla seca, la colocó bajo el toldo de un cobertizo, al abrigo de la
amenazante lluvia que podría alterar sus propiedades aislantes. Además, había
suspendido un cilindro de hojalata en el extremo del cable de cobre. Primero se
atrevió a sacar las primeras chispas con sus dedos, que eran débiles, y todos
los presentes quisieron hacer lo mismo…
Al acercarse la tormenta, Romas se apoderó de un
excitador, formado por un tubo de hojalata aislado por una varilla de vidrio y
conectado al suelo por una cadena metálica. Cuando el excitador se acercaba al
cilindro, se producían chispas...
Estallan líneas de fuego espontáneas de tres metros de
largo y casi tres centímetros de ancho. Las explosiones se sucedieron,
auténticos truenos disparados desde el cilindro metálico. Sus chasquidos se
oían hasta Nérac, mientras que el valiente Romas permanecía imperturbable. La
experiencia es magnífica. A esto hay que añadir el intenso olor del ozono y el
continuo crujido de los efluvios en los objetos conductores vecinos, comparable
al ruido de un fuelle de forja. Qué espectáculo infinitamente grandioso
ofrecido al pueblo de Nérac".
Experimento de Romas realizado en Nérac (Francia) en 1753 observado por una multitud asombrada.
(Fuente: Louis Figuier, Les Merveilles de la science ou description populaire des inventionsmodernes, Tomo I, pág. 537)
Experimento de Romas realizado el 7 de junio de 1753
(Fuente: Revista La Nature, 1877, Nº 191, pág. 136)
Romas realizó diversos espectáculos públicos en los que
reprodujo su experimento con la cometa eléctrica. Incluso añadió un toque
sangriento: en lugar de una llave, ató palomas y perros al extremo de la cuerda
de la cometa. Este experimento está descrito en su obra de 1776 “Moyens de se garantir de la foudre dans les maisons”, pp. 87-89, donde finalmente
muere el perro, pero no la paloma.
Grabado del experimento de Romas con el perro y la paloma.
(Fuente: Moyens de se garantir de la foudre dans les maisons, 1776)
Romas continuó sus experimentos con cometas durante varios años, investigando sobre la naturaleza y los efectos de los rayos. Una de las mejoras empleadas fue un cabrestante montado sobre ruedas que permitía, además de movimiento, aislar eléctricamente a la persona de la cometa:
Grabado del carro eléctrico de Romas
(Fuente: Dictionnaire Raisonné de Physique, Brisson, Mathurin Jacques, 1781)
Jacques de Romas reconoció la anterioridad del primer
experimento de Franklin realizado con su cometa eléctrica en julio de 1752,
casi uno antes que el suyo. Sin embargo, convencido de que era autor de esta
invención y que no se inspiró en Franklin, escribió a la Academia de Ciencias
de París en 1755 y relató sus experiencias. En 1764 fue nombrado miembro de la
Academia de Ciencias de Francia. Después de estudiar sus informes y cartas a
otros científicos, la Academia de Ciencias de París dictaminó:
"Creemos que el Sr. de Romas no tomó prestada de
nadie la idea de aplicar la cometa voladora a los experimentos eléctricos y que
debe ser considerado como el primer autor de esta invención, hasta que el Sr.
Franklin o alguna otra persona haga saber, con pruebas suficientes, que la
había pensado antes que él”.
De forma injusta, la historia ha conservado sólo el nombre
de Franklin, pero no así el de Romas que también realizó numerosos trabajos de
investigación sobre la naturaleza y los efectos del rayo.
En una de las plazas de la ciudad de Nérac, se alza la
estatua en bronce de Jaques Romas con un bajorrelieve que muestra la primera
experiencia de la cometa eléctrica:
Para saber más:
La cometa de Benjamin Franklin (en este mismo blog)